miércoles, 27 de abril de 2011

Huxley y su puerta.

Me encontraba en el Aeropuerto de Ezeiza esperando mi vuelo a Madrid, por motivos laborales. Estaba un poco fastidioso porque tenía que ir a Madrid, en realidad, quería ir a Barcelona, es mucho mas linda en ésta época. Aburrido de tanto esperar, saqué un libro de mi mochila, querida mochila que me acompaña a todos lados, aunque todos me la critiquen, un poco destartalada pero siempre fiel; En fin, me puse a leer un libro muy interesante de Huxley, y así, el fastidio se me fue a medida que pasaba las hojas.
Me perdí tanto en la lectura que me había olvidado donde estaba y el porqué cuando reaccioné me levanté de un salto y miré hacia todos lados buscando la información de mi vuelo, mi corazón latiendo fuerte me decía que lo había perdido; Y en ese momento suena el altavoz del aeropuerto diciendo: “Pasajeros del vuelo IBE0424 con destino Madrid, por favor esperar, el vuelo esta retrasado, sepan disculpar las molestias.” ¡Ese era m vuelo!
Con esa voz volvió mi tranquilidad, y me dispuse a continuar con la lectura.
Seducido nuevamente por ella, me perdí de todo; Cuando logro reaccionar nuevamente, los altavoces estaban diciendo: “Por favor pasajeros, último llamado para  el vuelo IBE0424 con destino Madrid.”
No alcance a terminar de escuchar la palabra Madrid, que ya estaba disparando hacia mi vuelo, estaba por entrar cuando escuché que alguien grita: “Jim Morrison, Jim Morrison” , era la voz de una mujer con un acento extraño, no era argentina aparentemente, me di vuelta por curiosidad mas que nada, ya que no tengo ni parecido con Jim Morrison, pero tal vez al voltearme vea a Jim Morrison que no murió realmente y estuvo refugiado en Argentina todo estos años vaya quien a saber porque, o por lo menos eso creí; Todo era posible en esos tiempos.
Pero al voltearme realmente vi a una hermosa chica que me hablaba de una forma rara en una mezcla de ingles con palabras en español, tratando de hacerme entender que me decía Jim Morrison porque vio que estaba leyendo a Huxley, por eso me preguntaba si me gustaba Morrison, si había leído también The Doors of Perceptions, libro de A. Huxley que da nombre a la famosa banda The Doors al ser leído por Jim Morrison.
En realidad, entiendo bien ingles, por  motivos laborales me relaciono constantemente con personas de habla sajona, pero la vi tan linda tratando de explicármelo de esa manera que deje que lo hiciera.
Una vez que terminó; ¡Ahí si!, le explique en ingles que me llamaba Demián, hablaba ingles e iba a ser mas fácil que nos comuniquemos así; Sonrío, me llamo Annie dijo y se disculpo.
Luego seguimos la charla, en la cual le contesté lo que me había preguntado sobre Huxley; De esta manera, por tercera vez en el día, me había olvidado de todo a causa de Huxley, cuando nos interrumpe la Azafata diciendo que entremos, el avión esta por despegar. Nos apuramos y entramos, con un poco de suerte, y otro poco de argentinismo, logramos sentarnos al lado.
Continuamos la charla, me dijo que era de Londres, y estaba en Argentina por cuestión de trabajo, ahora tenia que viajar a Madrid, y luego volvía a Londres nuevamente. Se disculpo por no saber hablar bien español, me confeso que era su primera vez en Argentina y  le costo mucho comunicarse, a pesar de ya haber estado antes en España.
Hablamos de todo un poco, increíblemente durante las 12 horas que dura el viaje.
Le conté de lo fastidioso que estaba antes de encontrarla, que no tenia ganas de ir a Madrid, quería ir a Barcelona; también que estaba pasando un momento en el cual estaba cansado de seguirle el ritmo a esta sociedad, donde todos van a mil, donde yo quería un poco mas de cordura; Le confesé que pronto, cuando gane lo suficiente, iba a dejarlo todo, y vivir de las cosas que me gustan, sin presiones, ni tiempo.
Ella me contó que hace un tiempo estaba soñando repentinamente con George Wells, que se le aparecía y le contaba detalles escalofriantes de lo que estaba pasando en el mundo; Yo la interrumpí de inmediato diciendo: “La maquina del tiempo”, libro de G. Wells que he leído y me encanto, unos de los primeros de ciencia ficción, y sencillamente fascinante. Ella, me dijo: “si, si”; Sonreímos y me siguió contando.
Durante toda la charla, tuve la sensación, de que cada cosa que ella me decía, yo lo estaba pensando, era magnifico hablar con ella.
Llegamos a Madrid, yo tenía que ir urgente a una reunión, pero quedamos en hablar para hacer algo a la noche, y nos despedimos.
A la noche volví a verla, cenamos juntos. Seguimos conversando, parecía como si los temas de conversación nunca se acabasen, era tan natural hablar con ella, como si la conociese desde siempre.
En un momento, la interrumpí, y le dije que quería saber mas de sus sueños, en el que aparecía tanto G. Wells, realmente me interesaba mucho.
Ella asintió y luego me contó, tenía conversaciones con el, conversaciones claras y nítidas, en las que se hablaban temas de suma importancia, y totalmente concientes, no podía encontrarle explicación; Es como estar pidiéndole concejos sobre la vida actual. Y hasta a  veces, me revela secretos. Luego se puso seria y me dijo: “Aunque hay sueños que son realmente  interesantes, hay otros que se convierten en pesadillas.”
Hubo un silencio, luego Annie lo interrumpió: “Así básicamente me comunico con una persona muerta, él me revela sus secretos y yo los míos” lo dijo con la misma dulzura que la caracterizaba, y esas palabras junto a esa expresión jamás las olvidaré. Le creí, le creí todo, no estaba muy lejos de poder creerlo.
Quise seguir preguntado sobre el tema, cuales serian los secretos que pudiese revelarle G. Wells, pero mejor decidí no agobiarla y seguimos hablando de otras cosas.

Recordé esta linda historia de hace un tiempo, pero todavía me cuesta creerlo, me esta pasando lo mismo. Hace cuestión de unas semanas empecé a tener sueños con Huxley, y cuando despierto me acuerdo de todo, me queda la sensación de haberlo vivido, con tanta realidad. Algunas charlas son interesantes, divertidas; Pero hay otras que hubiese sido mejor olvidar, verdaderas pesadillas, tenia razón Annie cuando dijo esa frase que tanto recordaré. Así básicamente me comunico con un muerto, Aldous Huxley, él me revela sus secretos, muy escalofriantes por cierto, y yo les cuentos los míos.

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